Fumio Kishida, el centésimo primer ministro

f:id:rosaliaavila:20211114222923j:plain

AVILA TAPIES, Rosalia. Fumio Kishida, el centésimo primer ministro. Revista Latin-a, 147, p.18 (2021)

El otoño se ha estrenado en Japón con Fumio Kishida como nuevo jefe gobierno. Tras haber ganado las elecciones internas para la presidencia de su partido, y de forma “casi rutinaria”, el 4 de octubre Kishida fue nombrado Primer ministro por las dos cámaras del Parlamento, ambas controladas por la coalición formada por su Partido Liberal Democrático (LDP o Jiminto) y el partido Komei. Por lo cual, Kishida ha substituido a Yoshihide Suga como máximo mandatario, quien a su vez un año antes había tomado el relevo de Shinzo Abe, retirado por motivos de salud.

Sin embargo, Kishida pronto verá puesta a prueba su capacidad de liderazgo, pues tiene la misión de disolver la Cámara de representantes y de celebrar elecciones generales antes de final de año (convocadas ya para el 31 de octubre).

Se espera entonces que el jefe de gobierno lleve a su partido a otra victoria —aunque seguramente no tan holgada como la de las elecciones de 2017— pero no lo tiene fácil, debido al descontento de la ciudadanía con la gestión gubernamental de la crisis sanitaria provocada por la pandemia del COVID-19, y con el manejo de otras cuestiones sociales, económicas y geopolíticas que les afectan. Tal y como muestran las encuestas de opinión inaugurales en las que lo puntúan muy bajo.

Fumio Kishida, un político con pedigrí

El centésimo primer ministro de la historia de Japón es un político experimentado, que ha tenido a su cargo ya las carteras ministeriales de Asuntos Exteriores y de Defensa. De su biografía se destaca que nació en Tokio hace 64 años, aunque su familia procede de Hiroshima, prefectura con la que mantiene fuertes lazos políticos (Hiroshima es su circunscripción electoral) y donde mantiene su residencia familiar.

En su infancia, y con motivo de un traslado de su padre a los EE. UU., estudió en un colegio neoyorquino antes de completar su formación académica en otros prestigiosos centros educativos de Tokio, tales como la Academia Kaisei y la Universidad de Waseda, donde se graduó de la Facultad de derecho.

Kishida procede, además, de un linaje político con influencias y amplios contactos, pues su padre y su abuelo llegaron a ser diputados de la Cámara de representantes, y entre sus familiares se encuentran antiguos ministros. Esto lo contrapone al primer ministro saliente Suga, de origen social humilde, y vuelve a confirmar el origen elitista de los mandatarios nipones.

Un “nuevo capitalismo” de centroderecha

Ideológicamente, Kishida se sitúa en la derecha moderada. Desde esta posición ha bautizado a su programa económico con el nombre de “nuevo capitalismo”, que hace referencia a su intento de redistribuir mejor la renta entre los ciudadanos para reducir la desigualdad y las divisiones sociales, que han ido aumentando notablemente durante las últimas décadas. Para poder hacerlo realidad cuenta con un crecimiento económico sostenido, instrumentos fiscales y la aprobación parlamentaria de medidas de estímulo a la actividad económica con ayudas y subsidios a las pequeñas y medianas empresas, especialmente.

Como resultado, sus primeros discursos han sacudido tanto a la oposición política (por sus propuestas sociales y redistributivas, que también comparten) como al mercado de valores de Tokio (por una subida del impuesto a la renta financiera, que no desean).

En definitiva, Kishida nos presenta un programa de reactivación económica equitativa, que se distancia del polémico “Abenomics” propulsado por Abe (2013-20) y continuado por Suga (2020-21), pero que ha generado un shock en el mercado financiero que ya le ha obligado a dar marcha atrás en su intento equilibrador. 

Está por ver, pues, que el nuevo jefe de gobierno pueda cumplir con dicha propuesta económica en su totalidad, pero la redistribución de la renta en la situación actual, con sectores productivos y trabajadores gravemente afectados por las medidas contra la pandemia es, más que nunca, una urgencia.